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sábado, 27 de febrero de 2016

Inactividad física





Antes de comenzar a desarrollar este tema comenzaremos leyendo este artículo publicado en diferentes medios de comunicación en el año 2014.


“¿Cuánto tiempo empleamos en algún tipo de ejercicio físico? Es tan poco que el sedentarismo es ya el cuarto factor de riesgo de mortalidad global.(…)Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la falta de actividad física está sólo por detrás de la hipertensión, el consumo de tabaco y los niveles elevados de azúcar en sangre. Así, el 6% de todas las muertes anuales, unos 3,2 millones de fallecimientos, se producen por no ser suficientemente activos.(…) El sedentarismo eleva el riesgo de enfermedad cardiovascular, cáncer o diabetes(…)Un adulto debe tener al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada(…)Y las consecuencias de esta inactividad se traduce en un mayor riesgo de muerte. Según la OMS, de tener al menos 30 minutos de actividad física moderada casi todos los días a no tener nada, el riesgo de mortalidad aumenta entre un 20 y 30%.”


Además, debemos de conocer el siguiente dato que es que al menos un 60% de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud.


El aumento del uso de los medios de transporte, la insuficiente participación en la actividad física durante el tiempo de ocio (de acuerdo con OMS pueden ser considerados inactivos los sujetos que no realizan actividades físicas en el tiempo de ocio, o sea, que son físicamente inactivos en el espacio de tiempo en el cual no están ocupados con el trabajo y las actividades de mantenimiento de la vida diaria) y el aumento de los comportamientos sedentarios durante las actividades laborales y domésticas han contribuido a desarrollar dicho porcentaje de inactividad física.




En los países desarrollados, más de la mitad de los adultos tienen una actividad insuficiente. La rápida urbanización también a ayuda a inducir a la inactividad física bien sea por la mala calidad de aire; la inexistencia de parques, aceras e instalaciones deportivas; la gran densidad del tráfico; o bien la superpoblación.
 

 


 








La reducción de esfuerzos físicos tanto entre jóvenes, como entre los individuos menos jóvenes, resulta en una disminución de la calidad de vida y de la aptitud física comprendida como la capacidad de realizar las actividades diariamente en el trabajo y en el ocio teniendo el mínimo de fatiga y de riesgos para salud.


De acuerdo con dados de la OMS, la inactividad física está relacionada con el aumento de la posibilidad de sufrir hipertensión arterial, osteoporosis, cáncer de mama y colon, relacionada con 35% de las muertes por problemas vasculares (infarto, derrame, aneurisma, trombosis, etc...), 32% de las muertes por cáncer de cuello y 32% de las muertes por complicaciones del diabetes como la de diabetes tipo II. Las enfermedades asociadas a la inactividad física son el mayor problema de salud pública en la mayoría de los países del mundo. Se necesitan urgentemente medidas de salud pública eficaces para mejorar la actividad física de todas las poblaciones.




Indudablemente, la inactividad física es un comportamiento que debe ser evitado, pues pagaremos un precio muy alto por esta forma de vida y, sin duda ninguna, compromete nuestra calidad de vida .


Debemos resaltar que la mayoría de la población inactiva puede mejorar su salud y bienestar sobre una base de ejercicio físico regular. Es importantísimo tener en cuenta que la actividad física no necesita ser extenuante para obtener beneficios para la salud.


Por último, la promoción de la actividad física también conlleva beneficios sociales derivados de la reducción de costos en atención sanitaria, un aumento de la producción y participación en actividades deportivas y recreativas que mejora del rendimiento escolar y una disminución del absentismo laboral.






sábado, 20 de febrero de 2016

La vigorexia.






La vigorexia también llamada dismorfia muscular o anorexia inversa es un trastorno del comportamiento que se caracteriza por la obsesión de conseguir un cuerpo musculoso y es es un trastorno que provoca una distorsión en la forma que tienen las personas de percibir sus peculiaridades físicas. Además, esto lleva a una adicción al ejercicio que se suma una ingesta exagerada de proteínas y carbohidratos y el consumo abusivo de esteroides anabólicos con el fin de aumentar la masa muscular. Es, por ende el trastorno opuesto a la anorexia. Como la mayor parte de los trastornos, no hay una sola causa que determina si alguien tiene o no vigorexia, sino una combinación de factores bioquímicos y sociales.

El modelo de sociedad occidental puede influir de manera negativa a la manera en la que se vea una persona así misma. No cabe duda que los factores socioculturales, como el culto al cuerpo y los modernos cánones de belleza, son decisivos en el desarrollo de estos trastornos emocionales y de alimentación. Los mensajes que bombardean en revistas, anuncios y programas de T.V. actualmente pueden cambiar la percepción de vernos a nosotros mismos. Por ejemplo lo podemos presenciar con los superhéroes actuales o mismamente con los juguetes que usan hoy en día los niños.








 Además, otro factor que lleva a practicar vigorexia son ciertas alteraciones bioquímicas en los neurotransmisores a nivel cerebral.

         A continuación veremos los principales síntomas que muestran las personas con vigorexia:
  • El tener una baja autoestima
  • Tendencia a la automedicación como esteroides o anabolizantes.
  • El seguir dietas altas en proteínas y carbohidratos y bajas en grasas, que suelen incluir productos anabólicos y esteroides.
  • Padecen una distorsión de la imagen corporal, y el verse débiles.
  • Se pesan continuamente.
  • Están obsesionados con el culto al cuerpo.
  • Todos los días, dedican su tiempo libre a un entrenamiento exhaustivo.
  • Se aíslan socialmente.
  • Presentan un cuerpo desproporcionado.





Las consecuencias de la vigorexia son:

La actitud y los hábitos de vida que adoptan los vigoréxicos tienen como consecuencia una serie de problemas orgánicos y lesiones originados por el exceso de ejercicio y una dieta desequilibrada con abuso de sustancias dopantes. 

Las personas con vigorexia tienden a ser muy cuidadosas con sus dietas, ya que quieren desarrollar sus cuerpos lo más rápidamente posible, y ellos también quieren eliminar la grasa corporal. El consumir drogas para estimular el desarrollo muscular, puede desarrollar desórdenes alimenticios como la bulimia, en un intento de controlar su dieta. Muchos de los que practican este trantorno también se saltan las comidas con familiares y amigos, porque quieren tener un control total sobre lo que comen.

Entre las posibles complicaciones que pueden desarrollar estos pacientes están:
enfermedades cardiovasculares, lesiones hepáticas o renales, disfunción eréctil, atrofia testicular y cáncer de próstata. Incluso puede llevar a retener líquidos, ayuda a la aparición de acné, produce problemas cardiacos, reduce el volumen de espermatozoides y altera el ciclo menstrual en las mujeres.

Además, se pueden dañar músculos, articulaciones y tendones.

 El tomar drogas produce efectos peligrosos y muy dañinos; la vigorexia genera el odio a sí mismo lo que conlleva a la incapacidad de relajarse y preocuparse constantemente del juicio que los demás hagan sobre ti y por tanto, la vida social se ve afectada muy negativamente.

Por último, las personas con vigorexia pueden tener depresión causada por dicho trastorno, y su efecto más extremo que acarrea la vigorexia es el suicidio.
 Por esto la detección precoz en esta enfermedad es esencial. El tratamiento para la vigorexia se fundamenta en la atención psicológica, que se puede conjuntar con antidepresivos o bien otros psicofármacos para supervisar la depresión, singularmente en las primeras etapas del tratamiento. El apoyo de amigos y miembros de la familia asimismo es esencial en estas circunstancias.


Es muy importante saber diferenciar vigorexia con la práctica habitual de cualquier deporte, ya que el deporte nos beneficia mucho física y mentalmente, aportando innumerables ventajas a nuestra salud y calidad de vida.









sábado, 13 de febrero de 2016

Uso de diuréticos para perder peso.



USO DE DIURÉTICOS PARA PERDER PESO


Un diurético se refiere a la sustancia o medicamento que aumenta la secreción de orina y la eliminación de iones (sodio, potasio, calcio). Los diuréticos actúan en los riñones de formas diferentes: aumentando el flujo de orina, mejorando la filtración o evitando la absorción del sodio para aumentar la eliminación de fluidos.


Los diuréticos están indicados para aquellos sujetos que precisan de una disminución de la concentración de agua y/o de iones del organismo, debido a la presencia de trastornos como una hipertensión arterial, edemas, ascitis, insuficiencia cardíaca, hipercalcemia, etcétera. 


Los laxantes y diuréticos no deben tomarse como una opción para bajar de peso, para eliminar toxinas o para hacer limpiezas intestinales, si es que no hay indicación médica que avale un tratamiento de este tipo. Si la persona debe tomar este tipo de medicamentos, es importante que lo haga de forma responsable y conociendo las consecuencias que puede llegar a sufrir si es que consume estas sustancias de forma abusiva.



Al querer perder mucho peso en un corto período de tiempo, algunas personas suelen recurrir a los diuréticos. Debemos saber que estos no reducen la grasa corporal de una persona. Los diuréticos simplemente reducen la cantidad de líquido que el cuerpo está reteniendo.

No es la manera más saludable de perder peso y la pérdida solo será temporal. Tan pronto como beba o coma algo, su cuerpo comenzará a reemplazar los líquidos perdidos y usted empezará a recuperar su peso.


El uso excesivo de diuréticos puede causar las siguientes patologías:

Desnutrición: Se caracteriza por la deficiencia en la ingesta de calorías y proteínas, y los principales son fatiga, mareo y pérdida de peso.

Hipotensión: Es cuando la persona tiene la presión arterial más baja de lo normal. Esto significa que el corazón, el cerebro y otras partes del cuerpo no reciben suficiente sangre.
Insuficiencia renal: Se produce cuando los riñones no son capaces de filtrar las toxinas y otras sustancias de desecho de la sangre adecuadamente.


Aumento del riesgo de diabetes: Esta enfermedad agrupa trastornos metabólicos en los cuales el organismo no produce insulina, o no utiliza de modo efectivo la insulina que produce y se caracteriza por hacer que la persona presente niveles de azúcar en la sangre anormalmente altos.


Aumento de ácido úrico y gota: La gota es una de las formas de artritis más dolorosas. Ocurre cuando se acumula demasiado ácido úrico en el cuerpo.



 Además pueden causar deshidratación o deficiencias de potasio. El cerebro es agua en un 70 por ciento, 83 por ciento de la sangre es agua y los pulmones son hasta 90 por ciento de agua, por lo que agotar el agua del cuerpo podrá dificultar la función de esos órganos. Debido al efecto de la deshidratación, también pueden experimentar fatiga, náuseas, debilidad muscular o calambres y un latido irregular del corazón.


El doctor José Sánchez, gastroenterólogo, al hablar sobre consumo de diuréticos dice que “especialmente cuando no tienen una indicación médica, puede producir deshidratación, pérdida excesiva de potasio con consecuencias musculares, arritmias, merma de otros electrolitos como magnesio y baja de presión”.