DIETAS MILAGRO
Este apartado va a ser
dedicado a examinar con detenimiento muchas de las dietas denominadas como
dietas milagro. Debemos de saber que no hay fórmulas mágicas para perder peso.
Cada vez se oye más la eficacia de las dietas milagro, dirigidas sobre todo al
público femenino y que no tienen garantía científica.
El mensaje que este tipo
de dietas nos transmiten es de adelgazar rápido y sin esfuerzo, pero no aclaran
las consecuencias que puede causar en nuestra salud. Estos pueden ser la falta
de nutrientes esenciales, o la probabilidad de sufrir un efecto yo-yo, que
produce que al abandonar el régimen se engorden más kilos de los que se han
conseguido perder. Con este tipo de dietas se pierde peso a expensas de
proteínas corporales y en menor medida del porcentaje de grasa. Incluso,
alteraciones a nivel neuropsíquico como ansiedad, insomnio, irritabilidad...
pueden ser provocadas con el uso de estas dietas.
Además, seguir este tipo
de dietas puede conllevar repercusiones no sólo físicas, sino también
psicológicas, e incluso acabar desencadenando algún tipo de trastorno
alimentario como anorexia, que supone una pérdida de peso provocada por el
propio enfermo y lleva a un estado de inanición. La anorexia se caracteriza por
el temor a aumentar de peso, y por una percepción distorsionada y delirante del
propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo aun cuando su peso se
encuentra por debajo de lo recomendado. Por ello inicia una disminución
progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos;
y bulimia que provoca el ser incapaces de dominar los impulsos de comer y
tienen la sensación que no pueden parar de comer. Sin embargo, el sentimiento
de culpa y vergüenza tras ingerir muchos alimentos les lleva a una purga,
regímenes rigurosos o ejercicio excesivo para contrarrestar los efectos de las
abundantes comidas y evitar engordar.
Numerosas asociaciones
médicas y sociedades de nutrición advierten que seguir estas dietas durante un
periodo prolongado de tiempo puede conllevar un aumento del riesgo de padecer
enfermedades cardiovasculares, diabetes, osteoporosis e incluso algunos tipos
de cáncer.